Conseguir un hogar eficiente energéticamente pasa por prestar atención a todos los elementos que utilizan energía para su funcionamiento y optimizarlos al máximo para que, sin perder prestaciones, reduzcamos su consumo.
En la actualidad y gracias a los avances tecnológicos, cada vez existen aparatos y dispositivos más eficientes, los cuales ofrecen un buen rendimiento con un consumo de energía mínimo.
Hoy nos centraremos en los radiadores de bajo consumo y su realidad en cuanto a lo que al ahorro energético se refiere.
Es cierto que existen sistemas de calefacción más eficientes que otros pero cuando hablamos de radiadores, ¿podemos hacer esta distinción?
¿Cómo funciona un radiador de bajo consumo?
Todos los radiadores —de bajo consumo o no— funcionan de una forma similar. Una vez conectados a la red la resistencia eléctrica que posee se calienta al recibir la corriente. Esta resistencia actúa de la misma forma independientemente de la potencia que tenga.
La única diferencia que podemos encontrar con otros dispositivos es que en lugar de ser una resistencia eléctrica lo que recibe la electricidad sea fluido caloportador, aire, módulos de algún material conductor, etc.
Es decir, no podemos distinguir entre resistencias con mayor o menor rendimiento por lo que el consumo energético será prácticamente el mismo.
El consumo de un radiador de bajo consumo se estima alrededor de los 1.500W, mientras que un radiador de aceite, por ejemplo, puede alcanzar un gasto energético entre 2000W y 2500W pero, ¿calientan lo mismo? Es aquí donde debemos prestar atención, pues lógicamente el calor que ofrecen no será igual.
Lo que hará que optimicemos el uso de la energía será, por ejemplo, que en lugar de ser un radiador que calienta el aire, sea un radiador de paneles o cerámica que mantienen el calor durante mayor tiempo. Al ser de aire, en cuanto lo apagamos, el frío se empezará a notar rápidamente.
En cambio, si lo que utilizamos es un radiador tradicional de aceite, estos aguantarán más tiempo ese calor residual. En este caso, el gasto energético será mayor porque con menor tiempo en funcionamiento podremos aprovechar más el calor generado.
Podemos decir entonces, que los radiadores de bajo consumo no gastan tan poca energía para funcionar como creemos y que en el momento de ponerlos en funcionamiento todos estos aparatos similares suponen un consumo. La clave está en elegir aquellos que con el mismo gasto energético, ofrecen una temperatura elevada más duradera. Y eso se consigue no con radiadores de bajo consumo, sino con radiadores de materiales específicos y destinados a conservar el calor más tiempo.
Sin embargo, sí podemos afirmar que en la actualidad existen radiadores que con un gasto energético eficiente nos calientan en invierno sin que nuestra factura eléctrica se dispare.
Radiadores que sí suponen un ahorro energético
Una vez aclarado que los radiadores de bajo consumo no suponen un ahorro energético tan significativo como pensábamos, veremos qué alternativas tenemos en sistemas de calefacción para conseguir reducir el precio de nuestra factura.
Un ejemplo de ese ahorro energético que podemos conseguir sin caer en el mito de los radiadores de bajo consumo, son los emisores térmicos.
Un emisor térmico es un sistema de calefacción enganchado a la pared que se alimenta de la corriente eléctrica. Su principal característica es el material con el que está fabricado, el aluminio.
El aluminio es un buen conductor del calor siendo capaz de mantener la temperatura alcanzada durante mayor tiempo una vez ha sido desconectado de la red eléctrica, consiguiendo así un ahorro energético importante.
Los emisores térmicos se instalan fácilmente y no emiten humo, gases u olores. Además, ofrecen la posibilidad de programarlos lo que hace que supongan una de las alternativas más eficientes del mercado.
Otra ventaja es que existen varios modelos de emisores térmicos según su material de fabricación lo que nos ofrece unas prestaciones distintas. Así, podemos encontrar emisores de fluido, emisores secos y emisores de cerámica.
Como ves, no todo es blanco o negro, como en todo, en el sector energético también existen matices y el consumo de los equipos de climatización es uno de ellos.
Por ello, antes de instalar un sistema de climatización en nuestra vivienda es importante informarse y conocer las ventajas y desventajas de todas las opciones existentes en el mercado actualmente.