¿Sabías que los océanos tienen gran peso en la lucha contra el cambio climático? Así es, suponen un elemento regulador de la temperatura impidiendo su aumento. Según Greenpeace, más del 93% del calor extra producido por el ser humano desde los años 70 lo han asimilado los océanos.
Los océanos como las plantas cumplen una función vital. Se encargan de absorber el CO2 generado por la actividad humana, como la quema de combustibles fósiles para obtener energía por ejemplo, reduciendo así el calor derivado del efecto invernadero a la vez que se reduce la concentración de este gas.
El mal del plástico y la sobreexplotación pesquera son hasta el momento los causantes más conocidos del deterioro de los océanos de nuestro planeta, pero existe otro factor igual de preocupante que pone en peligro la biodiversidad marina —más 700.000 especies—. Se trata de la acidificación de los mares.
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¿Qué es la acidificación?
El dióxido de carbono causante efecto invernadero y por ende del cambio climático lo absorben las plantas y océanos. Este al entrar en contacto con el agua del mar reacciona produciendo ácido carbónico disminuyendo así el nivel del pH del agua y provocando su acidez.
OCEANA, una de las organizaciones internacionales más importantes que velan por la conservación y defensa de los océanos estima que “si las emisiones de carbono siguen aumentando a la velocidad actual, el pH del agua de la superficie de los océanos caerá 0,2 unidades antes de 2050, alcanzando el nivel más bajo de los últimos 20 millones de años. A finales de este siglo, el pH habrá caído 0,4 unidades, casi el doble de los niveles naturales de acidez del océano”. Además alerta de que son cambios que se están generando a una velocidad 100 veces mayor que en cualquier otro período histórico del planeta.
¿Qué consecuencias tiene la acidificación del agua?
- Los mares actúan como reguladores de la temperatura pero las aguas ácidas y más cálidas impiden que se desarrolle esta acción regulatoria con normalidad. Esto contribuirá al cambio climático en lugar de combatirlo.
- Dificulta la vida marina. Los seres vivos tienen que adaptarse al descenso del nivel del pH. El aumento de la acidez del agua disminuye la concentración de carbonato necesario para la formación de esqueletos, caparazones y conchas de algunos animales.
- También tiene importantes efectos en los arrecifes de coral. El aumento de temperatura así como los cambios en la salinidad o la acidificación del agua perjudican severamente a los corales provocando lo que se denomina como “blanqueamiento”, una respuesta al estrés producido por alguno de estos factores que pueden provocar su muerte.
¿Se puede evitar la acidificación de los océanos?
El principal causante de la acidificación es el aumento de los gases de efecto invernadero, en particular en el CO2 procedente de la actividad humana como la generación de energía a partir de combustibles fósiles. Por ello, una posible alternativa pasa por otorgar un mayor peso en la generación de energía a las fuentes renovables.
Otra opción referente al transporte son los vehículos eléctricos cuyas emisiones de dióxido de carbono son prácticamente cero.
En definitiva, la solución pasa por reducir las emisiones de CO2 en un gran porcentaje.
Y no olvides que los océanos suponen una gran extensión del planeta y una fuente de recursos alimentarios, de materias primas y de recursos energéticos. Además actúan como regulador climático y generan gran parte del oxígeno que necesitamos para vivir.