Con las subidas de la luz en máximos históricos, la transición energética es el único recurso que nos queda para solucionar de una vez por todas este y otros problemas. Debemos intervenir para evitar el desastre, por ello todos los países se han puesto manos a la obra empezando cuanto antes.
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Qué es la transición energética
Cambiar la forma en la que consumimos y generamos energía en la actualidad es la única forma de seguir adelante. Hacer la transición de combustibles fósiles hacia nuevas formas de energía no contaminante y limpia, implantando un sistema basado en fuentes renovables, es nuestra solución.
Claves de la transición energética
Apostar por energía renovable
El Acuerdo de París marca para el 2050 el año de cero emisiones de carbono. Por eso, todos los países han empezado a apostar por la energía renovable y eliminando esa dependencia de energías fósiles. El coronavirus solo potenció este cambio debido al incremento en la demanda de la energía, haciendo aún más visible el hecho de que debemos seguir mejorando y aumentando nuestra producción.
También trajo un buen cambio, ya que muchos han apostado por la energía renovable en sus viviendas y negocios. Ya sea en forma de energía solar o apostando por la energía del viento, todas ellas potencian nuestra transición energética.
Vehículos eléctricos
En 2030, muchas ciudades prohibirán el acceso a vehículos contaminantes, solicitando una tasa para poder acceder. Esto ha potenciado aún más el aumento en las ventas de vehículos eléctricos, un sector que crece año tras año. Con las novedades y mejoras en su tecnología, muchos son los que apuestan por la movilidad verde.
Educar conciencia
Es importante, si queremos que la transición energética tenga éxito, enseñar a las nuevas generaciones la importancia de ser responsables y conscientes de nuestro paso por el planeta. Debemos apostar por la Educación Ambiental para que así, nuestros esfuerzos no sean en vano.
Eficiencia energética
No podemos hablar de transición energética sin apostar por la eficiencia energética, ya que ambos van de la mano. No solo reducimos nuestra factura de la luz, también apostamos por un mundo mejor y más limpio. Existen muchas opciones para hacer la transición: desde el simple cambio de bombillas por LED hasta el aislamiento en ventanas y puertas. ¡Pequeñas opciones suponen un gran cambio!