La energía que consumimos diariamente en nuestras casas está compuesta por dos tipos: energía activa y energía reactiva. Ambas forman lo que se denomina energía aparente.
La energía activa todos tenemos claro que la energía eléctrica transformada en trabajo mecánico y carlo. Básicamente es aquella que utilizan todos nuestros dispositivos eléctricos para funcionar.
Pero, ¿qué es la energía reactiva? Puede resultar un poco más complicado definirla pero en este post vamos a intentar contarte todo lo que necesitas saber acerca de ella de la manera más sencilla posible.
La energía reactiva es aquella que generan algunos aparatos eléctricos que llevan incorporadas bobinas o condensadores para crear campos eléctricos y magnéticos necesarios para su funcionamiento como pueden ser los ordenadores u otros dispositivos electrónicos.
Esta energía reactiva no tiene ninguna utilidad como sí la tiene la activa. Es medida en voltiamperios reactivos (VAr) y si tienes aparatos eléctricos que generen demasiada puede suponer un incremento del precio de tu factura final.
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¿Por qué supone un problema la energía reactiva?
El principal problema de la energía reactiva es que al no transformarse en trabajo como la activa y permanece circulando por la red eléctrica. Esto hace que se necesite un mayor mantenimiento de la instalación para que no se produzcan bajadas de tensión o cortes en el circuito por la continua salida y entrada de energía reactiva en la red.
El mantenimiento que necesitan las instalaciones eléctricas es uno de los principales motivos que llevaron al gobierno a instaurar, mediante un decreto, una especie de penalización. Esto se traduce en un aumento del precio de la factura final según la energía reactiva que hayas producido. Esta sanción se establecerá en función de la potencia contratada:
- Potencia menor de 15 kW: se impondrá sanción si la energía reactiva supera el 50% del consumo de energía activa.
- Potencia mayor de 15 kW: se facturará si la producción de energía reactiva sobrepasa en un 33% la de energía activa.
¿Cómo eliminar la energía reactiva?
Una posible solución para acabar con el incremento del precio de nuestra factura de la luz que supone la energía reactiva es la instalación de baterías de condensadores.
Las baterías de condensadores reducen o compensan la demanda de energía reactiva de la red y además optimizan el funcionamiento y rendimiento de la instalación eléctrica.
Ventajas de compensar la energía reactiva
Una de las principales ventajas que supone la compensación o eliminación de la energía reactiva es evitar el aumento del precio de nuestra factura de la luz. Pero también encontramos algunas más:
- Ahorro energético.
- Evitar caídas de tensión al generar gran cantidad de energía reactiva.
- Reducción del cableado en nuestra instalación eléctrica.