Estonia es conocido como uno de los países europeos más concienciados con el medioambiente gracias a la implantación de políticas eco-friendly. Estas medidas abarcan cantidad de elementos tales como el transporte público, las emisiones de CO2, la gestión de desechos, el cambio climático y la conservación de sus bosques.
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Transporte público
En 2013, Estonia instauró el servicio de transporte público gratuito para los residentes de su capital, Tallin. Sin embargo, la nación báltica ha puesto sus miras aún más altas: Estonia ofrecerá de forma completamente gratuita el transporte en autobús entre los municipios. ¡Estamos hablando del servicio de transporte público gratuito más amplio del mundo!
Gracias a estas políticas de transporte, se espera que la población utilice menos los coches personales —beneficioso para el medioambiente— y sea capaz de acceder de forma más sencilla a la capital desde pueblos más alejados —sobre todo en lo que respecta al mayor acceso a oportunidades de trabajo—.
También cabe destacar que en Estonia la carga de coches eléctricos es completamente gratuita. El país cuenta con 180 cargadores distribuidos cada 20 kilómetros.
Otros países están siguiendo el ejemplo del país báltico: por ejemplo, París está manejando la posibilidad de eliminar el pago en su servicio de metro y autobuses. Por su parte, Reino Unido ofrece viajes gratuitos en autobús los fines de semana.
Emisiones de CO2
El CO2 es un gas vital y la principal fuente de carbono para la vida en la Tierra. Sin embargo, las emisiones indiscriminadas de este gas son muy perjudiciales para el medioambiente.
Este gas tiene fuentes de emisión naturales como las aguas termales o los volcanes; no obstante, a raíz de la Revolución Industrial y la quema de combustibles de carbono, el ser humano se convirtió en otra fuente de emisión, una emisión indiscriminada. La concentración de este gas en la atmósfera ha ocasionado el calentamiento global y la acidificación del océano.
Ante esta crisis medioambiental, Estonia y España sellaron en 2013 un acuerdo para reducir los niveles de CO2. Además de la elaboración de cuatro programas para reducir las emisiones de dióxido de carbono, la cooperación entre los dos países desbloqueó el desarrollo económico —algunos ejemplos son la implementación de buses propulsados por gas natural y diésel económico, y la construcción de parques eólicos—.
La gestión de residuos
Actualmente es casi imposible no producir desechos a raíz de nuestras actividades diarias. Sin embargo, es muy importante reducir su impacto en el medioambiente.
De este modo, los objetivos de Estonia en esta área son reciclar lo máximo posible y reutilizar dichos desechos como nuevos materiales. Para ello, el Gobierno elaboró un plan para la gestión responsable de desechos, que abarca el periodo de tiempo comprendido entre 2014-2020. Este programa se centra en:
- El diseño de productos que ocasionen menos desechos.
- Una producción que ahorre en recursos.
- El reciclaje de productos ya elaborados.
Un ejemplo de la aplicación de estas máximas podría ser la implantación de tasas para financiar un sistema de gestión y transporte eco-friendly de desechos.
Cambio climático
Con el comienzo del siglo XXI, el cambio climático se convirtió en una realidad y una de las principales problemáticas para las principales potencias mundiales. La lucha en contra del cambio es económicamente viable, y las consecuencias de no hacer nada al respecto pueden ser muy perjudiciales para el medioambiente.
Ante este hecho, Estonia —como miembro de la Unión Europea— posee ciertas obligaciones y oportunidades. Algunos ejemplos son:
- Los avances en los campos de la energía renovable.
- Los límites en la emisión de CO2 de los coches.
- La calidad del combustible.
Para el año 2020, Estonia y los demás países miembros de la Unión, deberían haber reducido las emisiones de gases en un 20%, aumentar la eficiencia energética un 20% y asegurarse que la necesidad energética está cubierta en un 20% por fuentes de energía renovables.
Conservación de los bosques
A lo largo de todo el territorio báltico se extienden kilómetros y kilómetros de zonas verdes cada vez más protegidas. Este celo con la protección natural no nos debería extrañar, y es que más de la mitad de su territorio está cubierto por zonas boscosas, cuya importancia es tanto ecológica como económica y social.
Para asegurar la conservación de una rica naturaleza, es vital desarrollar una correcta educación medioambiental. Este tipo de concienciación ha sido prioritaria para el Estado de Estonia. Como resultado, el país no solo cuenta con una ciudadanía responsable y concienciada, sus actividades de ocio y turismo se encuentran implantadas de forma completa en el medioambiente.
Estnonia ofrece hoteles y granjas validadas por la marca Green Key, un sello que garantiza y promueve el turismo sostenible. Estamos hablando de establecimientos «verdes» que protegen el ecosistema a través del uso eficiente del agua y la energía, el reciclaje y la oferta de productos y servicios de fuente local.
Como hemos podido comprobar, Estonia es uno de los países desarrollados más ecológicos. Su gobierno y su población no solo reconoce la necesidad de medidas eco-friendly que aseguren la protección del medioambiente, toman una actitud proactiva gracias al uso de energías renovables, el reciclaje, la protección de sus zonas verdes y un turismo «verde» y respetuoso.