¿Has oído hablar de la huella hídrica alguna vez? Huella, agua… Seguramente algo te suene. Y es que la huella hídrica es un indicador que mide el uso que se hace del agua de forma directa o indirecta y por tanto su impacto ambiental.
Que a la Tierra se le conozca como el planeta azul no es casual, es porque aproximadamente un 70% de su composición es agua.
Alrededor del 70% de nuestro cuerpo también es agua y por ello es tan imprescindible en nuestra vida. Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir por la noche este recurso forma una parte importante de nuestras acciones. Sin embargo, a veces no somos conscientes de que hay lugares en la Tierra donde las personas no tienen acceso al agua potable tan fácilmente como nosotros y por ello no nos damos cuenta del derroche que hacemos.
Es un recurso imprescindible pero cada vez más escaso debido a las condiciones climáticas adversas consecuencia del cambio climático que afecta al planeta. Son habituales las sequías y el descenso del nivel de los embalses, o las lluvias torrenciales y las inundaciones que causan tantos destrozos a su paso.
Es por ello que tenemos que velar por la protección de este recurso tan preciado y que tanto necesitamos para vivir.
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¿Qué es la ISO 14046?
En este sentido, en materia de gestión ambiental y a nivel industrial se ha desarrollado una norma internacional, la ISO 14046, que según la Asociación Española de Normalización “especifica los principios, los requisitos y las directrices relacionados con la evaluación de la huella de productos, procesos y organizaciones basadas en el análisis del ciclo de vida”.
Básicamente establece las pautas para realizar informes sobre la huella hídrica de manera individual o como parte de un proceso de una auditoría ambiental.
Ventajas de aplicar esta normativa en nuestra organización
Entre las distintas ventajas que obtiene una empresa tras aplicar la ISO 14046 para recopilar datos que permitan medir la huella hídrica encontramos:
- Identificar medidas para reducir el impacto de la huella hídrica en el medioambiente.
- Reducir el consumo de agua.
- Optimizar la utilización del recurso hídrico en los distintos procesos.
- Colaborar en la lucha contra el cambio climático.
- Mejorar imagen corporativa de la entidad al asumir un compromiso medioambiental.
Consumo responsable de agua según los ODS
La ONU establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible cuyo fin principal es conseguir un mundo más equitativo donde exista un equilibrio entre las personas y los recursos que ofrece el planeta. En este sentido, encontramos un objetivo que alude concretamente al agua.
El Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU número 6 hace referencia al agua limpia y saneamiento estableciendo entre sus metas para 2030:
- Mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial
- Aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir considerablemente el número de personas que sufren falta de agua
- Implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda.
¿Qué puedes hacer tú para reducir tu huella hídrica?
Es necesario que las organizaciones que son las realizan un consumo masivo de recursos para producir sus bienes o servicios se acojan a medidas como la ISO 14046, pero también es tarea de todos y cada uno de nosotros contribuir a reducir nuestra huella hídrica para subsanar su despilfarro.
Ya hemos dicho que la huella hídrica mide tanto el consumo directo como indirecto del agua por tanto no bastará con cerrar el grifo mientras lavamos los plantos. Hay que dar un paso más y pensar en la cantidad de agua que se gasta en los procesos de producción de los productos que consumimos a diario.
Por ejemplo, ¿sabes cuántos litros de agua se necesitan para alimentar las gallinas que pondrán los huevos que vas comprar? Estamos hablando de aproximadamente 135 litros. Es por ello que una de las formas de reducir el impacto que tienen nuestro consumo en el entorno es promoviendo la compra de productos locales, de kilómetro cero. Así estaremos ayudando a disminuir el gasto en combustible que supone el transporte de alimentos de una punta del mundo hasta otra.
Así que recuerda que tu huella hídrica no solo mide el consumo que haces de agua al abrir grifos, lavar platos o poner lavadora. Sino que también se toma en cuenta el uso indirecto que se hace del recurso hídrico.