¿Has oído hablar de los paneles solares transparentes? La industria sigue desarrollando esta tecnología tan interesante que puede convertir todos los cristales —tanto en ventanas como en coches— en generadores de energía. ¿Te imaginas cuánta energía podrías generar?
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¿Qué son los paneles solares transparentes?
También se les suele llamar vidrios fotovoltaicos. Están cubiertos de una película fotosensible en el cristal, compuesta de algunos materiales —carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno— a partir de los cuales se producen células fotovoltaicas orgánicas.
Además, esta película ofrece diferentes grados de transparencia dependiendo de la cantidad de luz que reciba. ¿Sabes que también es capaz de filtrar la radiación solar tan nociva? Se filtran los famosos rayos ultravioleta —hasta un 99%— y la infrarroja —hasta un 95%—. ¡Genera energía y evita las radiaciones peligrosas!
¿Serán los paneles solares transparentes la alternativa a los tradicionales?
Por desgracia no, al menos por ahora. No están enfocados en ser una alternativa si no en ser un complemento de la actual tecnología. Lo que se busca es un suplemento, consiguiendo así que trabajen conjuntamente para mejorar la eficiencia energética.
Eficiencia de los paneles solares transparentes
Actualmente tienen una eficiencia muy reducida, rondando el 1%. Si lo comparamos con los tradicionales, los cuales rondan el 15-18%… ¡Es una miseria! Aún es una tecnología en desarrollo con mucho futuro.
El primer paso sería integrar esta tecnología en los edificios, ventanas y lucernarios, para mejorar la eficiencia energética. Combinando esta tecnología con otras conseguimos reducir el consumo y mejorar la eficiencia.
Usos de los paneles solares transparentes
El primer lugar donde se ha aplicado esta tecnología es en ventanas. Se colocan en la ventana —marco incluido—. El cristal capta la radiación, que se absorbe gracias a unos conductores conectados al marco, extrayendo así la energía. ¡Hasta se puede almacenar en baterías!
Lo mejor de esta tecnología es que este proceso es invisible para el ojo humano. No vemos nada más que un cristal transparente, además evitamos la radiación solar y aislamos mejor el edificio.
El segundo lugar donde se está probando es en los cristales de los coches. Instalados ahí podríamos aumentar la autonomía de los coches o almacenar la energía en baterías, algo que puede suponer un gran paso para los coches eléctricos.
