La factura de la luz es nuestra pequeña caja de pandora mensual, una versión íntima y personal del juego de la ruleta rusa: cada vez que abrimos el sobre o recibimos la notificación de la domiciliación bancaria, no sabemos qué nos vamos a encontrar.
Cuando el coste es bajo, respiramos aliviados e incluso orgullosos, hemos conseguido vencer «al sistema». Pero si viene alta, nosotros y nuestras carteras nos echamos a temblar. ¿Qué he hecho mal? Tranquilo, a veces, la culpa de una factura alta no es enteramente nuestra.
El precio de la luz, a no ser que tengas una tarifa plana, es un valor mutable, que fluctúa con el paso del tiempo. Cambia, crece y decrece afectado por factores externos, una serie de circunstancias que veremos a continuación. Pero antes, recordemos de dónde sale el precio de la luz.
¿De dónde se obtiene el precio de la luz?
El precio de la luz surge de una subasta que se produce en el mercado mayorista de energía. En cada subasta, se decide el precio de la luz a cada hora del día siguiente y así sucesivamente. Dicho precio depende de la oferta y la demanda de energía que reciben los mercados.
El resultado de las subastas sirve finalmente como referencia tanto para que el Gobierno fije el precio de la energía en el mercado regulado como para que las comercializadoras del mercado libre establezcan sus propias tarifas y descuentos para competir y atraer a más clientes.
Sin embargo, en tu factura de consumo energético no solo aparecerá el coste del consumo directo de acuerdo al precio de la luz; la factura también incluye otros elementos como los peajes de acceso al suministros —el transporte de la energía y su distribución—, los impuestos declarados por el Gobierno, el IVA, el Impuesto a la Electricidad y el término de potencia eléctrica, es decir, la potencia contratada —o la cantidad máxima de electrodomésticos que puedes tener enchufados y funcionando al mismo tiempo—.
Evidentemente, a más potencia contratada, mayor es el coste.
¿Qué factores son los responsables de encarecer la luz?</2>
Los factores responsables de encarecer el precio de la luz son:
- Las condiciones climáticas: si no corre el viento suficiente y la lluvia no llena los embalses de manera satisfactoria, la energía generada gracias a fuentes renovables desciende muchísimo y, para responder a la demanda, hay que acudir a centrales de energía fósil y no renovable, más caras.
- Las estaciones del año: existen épocas del año en los que se dispara el consumo a causa de las temperaturas más extremas y los distintos sistemas de confort térmico como son el aire acondicionado o el calefactor. Al dispararse dicho consumo, la energía se encarece.
- El coste de las materias primas para producir energía: al tener que tirar de otras fuentes de energía como el petróleo o el carbón, si su precio sube, el coste de la energía eléctrica también subirá.
- La exportación de energía: al exportar electricidad a otros países, la demanda aumenta muchísimo, al igual que su precio final.
Como ves, no siempre es culpa de nuestros hábitos de consumo energético que llegue una factura un poco más alta de lo normal, hay una serie de factores ajenos a nuestro control que afectan dicho coste. Sin embargo nosotros, como consumidores, podemos poner en práctica un consumo de luz más eficiente y responsable para que no sufra ni el medioambiente ni nuestro bolsillo.
