Desde que la energía se produce en las distintas centrales hasta que recarga la batería de tu smartphone, la electricidad ha pasado por infinidad de procesos y trámites. Y uno de ellos es su venta y compra al por mayor, ¿nunca te has preguntado cómo se hacen con ella las comercializadoras y por qué cuesta lo que cuesta? La respuesta reside en el pool eléctrico.
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Definición
El pool eléctrico es el nombre que recibe el mercado mayorista donde los productores y consumidores de energía de toda la península ibérica se reúnen de forma diaria para vender y comprar electricidad.
Es muy importante no confundir este mercado con el minorista. Es cierto que nuestras tarifas dependen del precio al que las comercializadoras compran la energía pero, cuando nos referimos a los consumidores en el pool eléctrico, no estamos hablando ni de ti ni de mí, consumiendo electricidad desde nuestras casas. En el pool eléctrico, los consumidores son los comercializadoras. Más adelante, hablaremos uno por uno sobre todos los participantes de este mercado mayorista.
Este mercado mayorista de energía recibe el nombre de MIBEL —Mercado Ibérico de la Energía—, que a su vez se divide en:
- El mercado a plazo o mercados futuros. En este mercado se establece el precio de la energía de cara al futuro. Este intercambio energético se produce en el OMIP y está gestionado por Portugal —país con el que compartimos el pool eléctrico—.
- Mercado diario e intradiario. En este mercado se fijan, mediante diferentes sesiones o subastas, los precios de cada hora para la compra y venta de energía, que se produce de forma diaria. En este caso, el intercambio se produce en el OMIE, gestionado por España.
Los actores y los organismos que participan
Los principales agentes del pool eléctrico son los productores de energía —centrales nucleares, de energías renovables y combustibles fósiles, incluso particulares que venden el producto del autoconsumo—, distribuidoras y consumidores —las comercializadoras en este caso—.
Además, contamos con el OMIE —la entidad que regula la suma de subastas que se producen en el pool eléctrico— y la Red Eléctrica de España, encargada de realizar los cálculos y las previsiones de la energía necesaria para cubrir la demanda de electricidad.
Funcionamiento
La energía eléctrica no se puede almacenar como si tal cosa en grandes cantidades. Por ello es necesario producir, vender y consumir casi al instante toda la demanda del país. Aquí reside la importancia del pool eléctrico como escenario de este intercambio.
Como ya hemos dicho, la REE —Red Eléctrica de España— realiza diariamente una previsión de la energía que se va a requerir al día siguiente, basándose en el historial de consumo y en otras variables como el clima o el horario laboral de la población —no se consume lo mismo en época de vacaciones—.
A partir de las 12:00, el pool eléctrico comienza a llenarse de ofertas de energía de cara al día siguiente; 24 ofertas —correspondientes a cada hora del día— por cada productora. Estas ofertas se ordenan de tal forma que quedan primero aquellas más baratas, que suelen ser las fuentes no gestionables.
Las energías no gestionables
De esta forma se suele designar a la energía que proviene de centrales nucleares, a la solar y a la eólica. ¿Qué queremos decir al afirmar que no son gestionables? Muy sencillo; las centrales nucleares no pueden parar de producir energía de forma súbita, y la capacidad de producción de los parques eólicos y de las superficies de placas fotovoltaicas es muy voluble ya que dependen del clima.
Básicamente no se puede controlar la cantidad de energía que se quiere producir, al contrario que en otros casos en los que basta con invertir una cantidad menor o mayor de combustible.
Es precisamente por no poder regular la cantidad de energía producida por lo que las fuentes no gestionables tienen prioridad para entrar en la subasta del pool eléctrico. Estas fuentes de energía entran a precio 0 para ocupar los primeros puestos. Esto no quiere decir que los consumidores compren esta energía gratis, después pasarán a tener el precio de casación del que hablaremos más tarde.
Una vez que el OMIE recibe todas las ofertas, ordena la producción de menor a mayor coste —como ya hemos dicho anteriormente, siendo lo mínimo 0 y lo máximo 180,30 €/MWh— y la demanda de mayor a menor retribución. Si representamos estos datos de forma gráfica, obtenemos dos curvas sobre un eje x e y. El punto en el que se crucen estas dos curvas será el precio de casación.
Para realizar estos cálculos, el OMIE utiliza el programa EUPHEMIA, un algoritmo capaz de analizar el precio de la energía de todos los países del pool eléctrico europeo.
Además de esta subasta diaria, en el pool eléctrico se celebran otras seis intradiarias para abastecer de energía a los consumidores en caso de que se produzcan desajustes en las previsiones de producción y demanda que realiza la REE.
La influencia de las renovables
Las energías renovables tienen cada vez más fuerza e influencia sobre el pool eléctrico y el precio de casación de la energía. Esto responde a una regla muy sencilla: cuanto menor es la demanda de energía, menor es el precio al que se puede vender.
Por este motivo, cuanta más energía renovable —es decir, no gestionable— se oferte en los primeros puestos del pool eléctrico, mayor será el número de ofertas de energía fósil a un precio superior a 0 que se queden fuera de la subasta y menor será el precio de casación.
En ocasiones, incluso, se puede satisfacer toda la demanda de energía de los consumidores con fuentes no gestionables a precio 0. Esto no solo tiene un fuerte impacto sobre el precio de casación, también influye positivamente en el coste de la energía en los mercados minoristas y en nuestro ahorro personal.
En definitiva, el pool eléctrico es el mercado mayorista de electricidad donde se subasta y se acuerda el precio de la energía para cada hora, todos los días del año. Un mercado regulado por el OMIE donde cada vez tienen más influencia e impacto las energía renovables.