A la hora de comprar electrodomésticos nuevos nos preguntamos si realmente merece la pena pagar más dinero por una etiqueta energética más alta. ¿Merece la pena el aumento? ¿Realmente es necesario apostar por una calificación más alta?
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Etiqueta energética, ¿qué es?
Es una calificación que se utiliza para mostrar el consumo y la eficiencia del aparato acorde con la normativa que lo regula. Todos los que venden electrodomésticos están obligados a mostrar la etiqueta energética. En 2010, la normativa se hizo más estricta de lo que era anteriormente. Esto significa que una etiqueta energética A actual es más eficiente que las antiguas.
Cómo leer una etiqueta energética
En las etiquetas podemos ver varios elementos comunes: nombre de la marca y modelo, calificación energética y consumo anual. En la calificación encontramos 7 niveles: A+++, A++, A+, A, B, C, y D. Muchos aparatos contienen información extra como el ruido o la carga, además del consumo energético.Podrás encontrar iconos donde ver esos extra, como por ejemplo, un aspirador indica el nivel de ruido. O una nevera puede informar sobre la cantidad de litros del frigorífico y del congelador.
Por qué debo mirar la etiqueta energética
Si estás planteándote cambiar de electrodomésticos, es importante que te fijes en las etiquetas. Entre una etiqueta A y una A+++ hay un 25% de diferencia de consumo. A medida que bajamos en la escala, el consumo de luz aumenta. Debes tener en cuenta que a la larga, una clase A consumirá menos agua y menos luz que una F.
¿Qué electrodomésticos tienen etiqueta energética?
Es obligatorio para los electrodomésticos mostrar su calificación energética, entre los que encontramos las neveras; lavadoras; lavavajillas; secadoras; hornos; aires acondicionados… Cualquier tipo de aparato que sea de uso diario tiene esta calificación.
