Te levantas como cualquier otro día, te tomas un café, te lavas los dientes, te vistes y sales de casa. Llegas a la oficina y te sientas frente al ordenador para empezar tu jornada laboral.
Probablemente no lo sepas, pero desde que te has levantado has cargado con más de 6.000 kilos. Y dirás, ¿cómo es posible?
Es posible porque la mochila ecológica de la cafetera, el cepillo de dientes, la camiseta y pantalón que has utilizado o el ordenador al llegar al trabajo suman alrededor de los 6.000 kilos. Esto sin contar si has cogido el coche para desplazarte.
Pero, ¿qué es eso de la mochila ecológica? Se entiende por este concepto la cantidad de materiales empleados en la fabricación de un producto y en el mantenimiento a lo largo de su vida útil así como el transporte y tratamiento de la basura que genera.
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Mochila ecológica no es lo mismo que huella ecológica
Ambos conceptos —mochila ecológica y huella ecológica— designan cosas diferentes. Es cierto que son términos similares pero mientras que la mochila ecológica mide el impacto de los productos que consumimos, desde la materia prima que necesitamos para fabricarlo hasta los procesos de gestión de sus residuos, la huella ecológica determina la superficie (medida en planetas Tierra) que necesitamos los humanos para mantener nuestro modelo de vida.
La huella ecológica cuantifica cuántos planetas necesitamos para producir los recursos que consumimos y luego absorber los desechos que esto genera.
Cuando vamos al supermercado y compramos aquellos productos que necesitamos no prestamos atención a todo lo que hay detrás de su elaboración. Es como un iceberg: la parte visible es el artículo elegido mientras que el resto de bloque helado que no vemos esconde la cantidad de materia prima, energía y procesos empleados para que ese producto llegue hasta nosotros.
Mochila ecológica de productos que consumimos habitualmente
Tal vez, una buena idea que nos permita reducir el consumo descontrolado sea conocer el peso de la mochila ecológica de los productos que empleamos en nuestro día a día.
Tengamos en cuenta también todo el proceso que implica la creación de un producto:
- Extracción de materias primas.
- Elaboración del producto.
- Envasado.
- Transporte.
- Gestión de los residuos generados.
Cada uno de estos procesos en sí mismo ya tienen un carga importante, por ejemplo para la extracción de materia prima necesita de energía y de mano de obra. Por lo que en el cómputo final hace que cualquier producto tenga una repercusión importante —y preocupante, a la vez— en el medioambiente.
Veamos el peso de la mochila ecológica de algunos productos:
- Ordenador: 1.500 kg.
- Cafetera: 298 kg.
- Móvil: 75 kg.
- Cepillo de dientes: 1,5 kg.
- Coche: 16 toneladas aproximadamente.
¿Cómo reducir la mochila ecológica de los productos?
En primer lugar tenemos que cambiar el chip y abandonar el ‘usar y tirar’ y con ello el consumo descontrolado. Recuerda aplicar la regla de las ‘tres erres’: reducir, reutilizar y reciclar. Pensar en el impacto ambiental de nuestras acciones nos hará ser más conscientes y actuar teniendo en cuenta la sostenibilidad.
Por otra parte, si conociéramos la mochila ecológica de todo lo que compramos nos replantearíamos si verdaderamente necesitamos lo que vamos a adquirir.