Cuando pensamos en ahorrar en nuestra factura eléctrica, un punto a tener muy en cuenta son las bombillas, esas pequeñas esferas luminosas que nos alumbran cuando apretamos el interruptor mágico de la luz. A simple vista pueden parecer todas iguales ya que su único cometido es alumbrar, pero hay mucho más que eso, ya que elegir la bombilla idónea para cada habitación requiere analizar muchas cosas, ya sea la intensidad lumínica, el tiempo de uso y vida útil, si la habitación tiene más o menos luz natural, etc.
Actualmente en el mercado de la iluminación existen 4 tipos de bombillas según su funcionamiento:
- Bombillas incandescentes: son las bombillas convencionales, que producen luz mediante el calentamiento de un filamento metálico de wolframio, hasta ponerlo al rojo después del paso de la corriente eléctrica por él. Se considera poco eficiente ya que el 85% de la electricidad se transforma en calor y solo un 15% restante es luz. Desde el 2012 está prohibida su fabricación y está permitida su venta hasta fin de existencias.
- Bombilla halógeno: es la evolución de la lámpara incandescente con un filamento de tungsteno dentro de un gas inerte y una pequeña cantidad de halógeno. Tiene un mejor rendimiento que la incandescente y su vida útil aumenta hasta las 2.000 y 4.000 horas de funcionamiento.
- Bombilla fluorescente: la bombilla es de descarga de vapor de mercurio a baja presión y en cada extremo se encuentra un filamento de tungsteno, que al calentarse contribuye a la ionización de los gases. Estos compuestos químicos emiten luz al recibir radiación ultravioleta. La ventaja que tiene este tipo de bombilla es su eficiencia energética.
- Bombilla LED: esta bombilla está formada LEDs o diodos emisores de luz. Debido a que la intensidad luminosa es baja es necesario agruparlos para conseguir la intensidad lumínica deseada. Los diodos funcionan con corriente continua de modo que deben de tener circuitos internos para funcionar en corriente alterna. Se dañan con temperaturas altas por lo que deben de tener ciertas mejoras para disipar el calor. Tienen una vida útil muy larga y una gran eficiencia, aunque los costes iniciales son mayores que las demás.
En el siguiente post explicaremos porque las bombillas LED son la mejor opción para ahorrar en tu factura eléctrica, que tipos hay y que características tienen.